Aprendiendo a vivir con diabetes

Perder la salud, sobre todo cuando significa llegar a depender de los demás de algún modo, es uno de los duelos más dolorosos y que se vive en silencio.

El cómo reaccionamos ante un diagnóstico de cualquier enfermedad tiene que ver también con el cómo vivimos la enfermedad de niños. Si en casa la enfermedad se veía como debilidad, como conflicto, como unión, cuidado, atención, lo aprendimos de nuestros padres, abuelos, tíos, nuestra historia influirá en nuestra forma de tomar nuestro diagnóstico.

Además el apoyo de la familia para ayudarnos a llevar mejor nuestro tratamiento, mejorar nuestra actitud, sentirnos comprendidos sabiendo que contamos con una red que no nos dejará caer. Sin embargo, si no tenemos una red familiar, tal vez la encontremos en amistades, el equipo multidisciplinario de salud – médicos, enfermeras, psicólogos- grupos de apoyo, etc.

El diagnóstico de una enfermedad, en este caso diabetes, normalmente genera crisis en menor o mayor grado y se considera una pérdida de salud.

Tenemos dos opciones: enfocarte en lo que ya no puedes o podrás … o enfocarte en lo que SÍ puedes y podrás, si bien probablemente implique un cambio de rutinas y alimentación. Tal vez al recibir tu diagnóstico más que una pérdida, lo has visto como una oportunidad para vivir mejor, tener más energía y conocer tu cuerpo, escucharlo.

Conozco personas que solamente hacen algunos ajustes, enfrentan el cambio y lo aceptan sin que influya en su proyecto de vida importantemente. Tal vez, al recibir tu diagnóstico te surgieron muchas dudas acerca de tu pronóstico, de si podrás seguir realizando tu vida cotidiana sin dejar cosas que te gustan o deseas como viajar solo o embarazarte.

Conozco personas que pueden sentir tristeza, angustia, incluso dudas para compartir su diagnóstico con sus seres queridos. Sea cual sea tu forma de recibir tu diagnóstico está bien, el miedo, la duda, el optimismo, la aceptación, negación, sentir ira, confusión, frustración, todo lo anterior y más, son reacciones normales siempre y cuando su duración no sea mayor a 3 semanas o impida realizar actividades cotidianas. Si te está siendo difícil enfrentarlo solo siempre existe la opción de apoyarte en un profesional de la salud como un psicólogo con experiencia en enfermedades crónicas con quien puedas abrir tus emociones y sentimientos para irlas acomodando y resolviendo.

En ocasiones se vive el diagnóstico de diabetes como una etiqueta difícil de sobrellevar, la cual se busca ocultar ante todo pues se percibe como un estigma social, lo mismo si se diagnostica en la infancia que en la adolescencia o edad adulta. En cualquier caso, lo más importante es lograr tener una calidad de vida óptima y vivir en bien-estar cada día y para ello debemos aprender que: Yo soy el único responsable de mi bienestar, nadie más. "El diagnóstico reduce la complejidad del sufrir y del vivir la enfermedad.“ — Juan Gérvas



Los comentarios y textos son responsabilidad de su autora:

Psic. Laura Patricia Pliego

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